
Vitamina C: la fórmula mágica quitar las manchas en la piel
Vivir ahora y preocuparnos después. Esa suele ser la filosofía de muchos y aunque algunas veces funciona, no siempre viene bien y menos cuando de asuntos dermatológicos se trata. La piel es el órgano más grande de nuestro cuerpo y más allá del componente estético cumple funciones esenciales. De hecho, podríamos decir que es un indicador de nuestra salud, en general, sus cambios de textura, color o apariencia nos hablan de qué tan bien o mal nos encontramos, por eso de su cuidado depende nuestro bienestar vital.
A pesar de esta función, la piel suele tener alma de guerrero ninja: silenciosa, valiente, y sobre todo paciente. Aguanta y aguanta hasta que da un golpe certero, sobre todo a la vanidad. Aunque los excesos y faltas de cuidado salen a la luz con el tiempo, lo cierto es que sus consecuencias se van desarrollando sin que nos demos cuenta. Las manchas en la piel, por ejemplo, pueden aparecer en cualquier momento, y no solo a partir de los 30 años como normalmente se cree.
¿Te acuerdas de esa salida a la finca con tres horas de sol al lado la piscina pa' coger color? ¿Las horas de deporte en el patio del colegio o salidas fitness del fin de semana? Todo eso va contando y la piel es experta en sumar. Lo que no cuidaste ayer lo verás reflejado hoy. Por supuesto, como dice la canción de Jarabe de Palo, todo depende. La aparición de manchas en la piel depende de diferentes factores como, por ejemplo, nuestros genes y tipo de piel. Nuestro ADN puede promover la aparición de manchas en la piel, y es por eso que es fundamental tomar medidas de prevención si hay antecedentes de hiperpigmentación en la familia. Existen diferentes razones que ocasionan las manchas en la piel, algunas como las hormonas o el embarazo no se pueden controlar, pero otras derivadas por la exposición al sol se pueden prevenir, idealmente desde temprana edad.
Hay cuidados tan sencillos como comer una naranja al desayuno. Así es, he aquí la fórmula de la eterna juventud. Blancanieves estaba confundida, no eran manzanas sino naranjas lo que la hacían parecer de quince. Esto debido a que la vitamina C es un potente antioxidante capaz de capaz de combatir los signos del envejecimiento, iluminar el rostro y reducir manchas en la piel.
¡Y pilas! Nuestro cuerpo por sí solo no es capaz de producir esta vitamina, así que debemos obtenerla a través de alimentos, cremas, sérums o tratamientos faciales basados en este activo, el cual ayuda a la producción de colágeno y la neutralización de radicales libres. De esta manera, el uso diario de productos y tratamientos con Vitamina C, como el Booster Vitamina C Estabilizada de Selvazia, asegura que tu piel tenga todo lo que necesita para verse radiante y luminosa.
Y dicho así parece que estuviésemos hablando de un Power Ranger o de los super poderes de algún héroe de Marvel, pero aunque parezca que exageramos, la manera en la que la vitamina C actúa sobre la piel es tan poderosa y aporta tantos beneficios que es capaz de transformar la piel cansada, fatigada o con manchas, en un cutis más radiante y saludable en muy poco tiempo.
Sin embargo, no se trata de salir y arrasar con todas las naranjas del supermercado, como si de papel higiénico en plena pandemia se tratara, no, todo con moderación. Las concentraciones en exceso de vitamina C pueden provocar pequeñas irritaciones o no llegar a generar el efecto que deseas, por eso, lo más importante es consultar con profesionales calificados que valoren el estado y necesidades particulares.
Lo bueno es que independientemente de tu tipo de piel, la vitamina C puede aportar grandes beneficios a su cuidado, ya sea que tengas piel seca, sensible, grasa, propensa al acné o rosácea. Aunque, cabe anotar que sus propiedades actúan principalmente en pieles apagadas, oscuras, deshidratadas o con problemas de manchas o flacidez.
Es probable que, aunque no las veas, ya tengas manchas en alguna de las capas más profundas de tu piel, y que si vas donde un especialista puedas verlas a través de las lámparas con luces especiales de sus consultorios. Y ahí todo cambia. Se nos dispara el bicho de la vanidad y el terror del tiempo nos hace sentir que entramos en cuenta regresiva. Tranquilos, después de hiperventilar y un pequeño mini ataque al corazón, aparece la vitamina C para recordarnos que no todo está perdido, pues si bien puede utilizarse a cualquier edad, ya que por sus múltiples propiedades tiene la capacidad de dar respuesta a las diversas necesidades de la piel en cada etapa de la vida; es aún más beneficiosa cuando la piel envejece o se ve más afectada por los oxidantes.
La Vitamina C tópica actúa como una segunda línea de defensa frente a los rayos UVA perjudiciales y es de gran ayuda para atenuar las manchas en la piel o los daños por la radiación solar, debido a que es un inhibidor de la tirosinasa (una enzima implicada en la formación de melanina), por lo que su uso reduce la pigmentación y unifica el tono de la piel. Es decir, este ingrediente es capaz de bloquear la producción de pigmento en la piel y puede reducir las manchas oscuras en la cara.
Y aunque empezamos hablando de las manchas en la piel, no podemos dejar de lado que la vitamina C también interviene en la producción de colágeno, atenúa las arrugas y líneas de expresión, minimiza la aparición de puntos negros e hidrata la piel en profundidad, aportándole luminosidad y tersura.
Así, ya sea de manera natural o a través de productos o tratamientos faciales, este potente activo debe estar presente en tu lista de cuidados. Nunca es tarde para empezar, la piel el órgano más grande y quizás a la que menos cuidado le brindamos. Cuídala ahora y no esperes a que te pase factura después.